Al volante del Zoe, un nuevo Renault eléctrico
- Renault ha depositado muchas esperanzas en el eléctrico Zoe
- Cuenta con una plataforma única aunque compartirá elementos con el Clio
- Se carga entre 6 y 8 horas para lograr una autonomía de 200 kilómetros
Renault prepara a marchas forzadas el lanzamiento de su gama de coches eléctricos. Dos de ellos, el Fluence ZE y el Kangoo ZE, están ya disponibles en algunos mercados. Los otros dos, el Twizy y el Zoe llegarán, a finales de año el primero, y ya en 2012 el segundo.
De todos ellos, el Zoe es en el que el fabricante tiene depositadas las mayores esperanzas. Mientras que el Fluence y el Kangoo son adaptaciones de modelos existentes con mecánicas convencionales de combustión interna, tanto el Zoe como el Twizy son vehículos especialmente desarrollados teniendo en cuenta que son 100% eléctricos.
La plataforma es única, no tiene nada que ver con la del Nissan Leaf, que es más grande, ni con la del próximo Renault Clio, que tendrá un tamaño similar �el Zoe mide 4,085 metros- pero que equipará motores de gasolina y diésel. Sin embargo, si tiene algunos componentes comunes con ambos coches.
El Zoe ha entrado ya en la fase previa a su entrada en producción. Su diseño exterior está decidido y es, al 90%, el que tenía el prototipo presentado en octubre de 2010 en el Salón de París.
Los retoques, por tanto, serán mínimos y se centrarán en detalles como los retrovisores exteriores, que serán más grandes, y algún detalle de protección de la carrocería a los pequeños golpes de aparcamiento en la ciudad.
Los interiores si van a ser modificados en su presentación con respecto a este prototipo. Perderán una parte de su aspecto futurista, aunque el salpicadero y los asientos mantendrán una estructura similar a la del prototipo y el coche se diferenciará en su presentación de los convencionales.
Desaparecerán también los sistemas de apertura de puertas por simple toque a favor de otros más convencionales y probados. Y también se replanteará la presentación del maletero. El coche tampoco llevará el techo traslucido que si equipa el prototipo que se ha conducido por ser demasiado voluminoso.
Todos estos detalles fueron comentados por Axel Breun, responsable de los prototipos de la marca francesa, en el circuito de pruebas de Mortefontaine, al norte de París, cerca de Chantilly, en donde Renault nos invitó a probar uno de estos prototipos. Una vez más, no hubo más remedio que admitir lo atractivo de la línea del coche, que va a ser un poco el canon del estilo de la marca en los próximos años.
Delante, el rombo de gran tamaño, esconde la toma eléctrica para recargar las baterías, en media hora si se opta por el sistema trifásico de carga rápida, y entre seis y ocho horas si es utilizando la corriente doméstica.
Al respecto Breun aseguró que no será necesario reforzar las instalaciones de las casas puesto que el �tirón� de la recarga de un coche como el Zoe no superará los tres kilowatios.
Y por otro, que en Renault han optado por no romper demasiados moldes con estos primeros coches eléctricos y ha preferido que sigan pareciendo coches en vez de aprovechar al máximo lo que permite la tecnología, que ha eliminado los voluminosos motores de combustión interna.
Desde el primer momento dejó clara la gran capacidad de aceleración �la marca anuncia que en 8,1 segundos, partiendo de parado, alcanza los 100 kilómetros por hora-, aunque, tal y como explicó Simón Luque, director de desarrollo del Zoe y del Kangoo ZE, el motor que lleve el coche de producción será un Fase III, de 80 caballos, la última evolución que prepara Renault, que ha decidido fabricar ella misma los motores eléctricos al igual que produce los de gasolina y los diésel. Para ello ha destinado una parte de la fábrica francesa de Cleon, hasta ahora concentrada en propulsores de combustión interna.
En esta toma de contacto no se pudo más que tener más una idea aproximada de la capacidad de respuesta del motor eléctrico, pero el Zoe, según explicaba Dominique Lucas, directora del proyecto, es más que un coche que se mueve impulsado por un motor eléctrico.
En su desarrollo, los técnicos de la marca han puesto una especial atención en cuidar todo lo que se refiere, más que al confort de marcha, al bienestar en el interior del vehículo.
Por ejemplo, se ha estudiado un sistema de climatización que más allá de mantener una temperatura escogida, asegura la calidad del aire en el interior del coche, cerrando las entradas cuando se rueda en medio del tráfico y tratando el que recircula para que llegue a los ocupantes regenerado y bienoliente. Se ha trabajado muy estrechamente con Biotherm, un líder mundial en cosmética, no sólo femenina sino también masculina.
Pretenden que sea el coche ideal para quienes viven fuera de las grandes ciudades y van a trabajar a ellas, sobre todo en el momento en que sus centros se empiecen a cerrar a los coches más contaminantes e incluso a aquellos que no sean eléctricos.
Además, la utilización media diaria de los automóviles en Europa está claramente por debajo de los 80 kilómetros.
Renault ha aportado fuerte por el coche eléctrico, pero están convencidos que será un éxito. Porque además, los costes de utilización van a ser más bajos.
De todos ellos, el Zoe es en el que el fabricante tiene depositadas las mayores esperanzas. Mientras que el Fluence y el Kangoo son adaptaciones de modelos existentes con mecánicas convencionales de combustión interna, tanto el Zoe como el Twizy son vehículos especialmente desarrollados teniendo en cuenta que son 100% eléctricos.
La plataforma es única, no tiene nada que ver con la del Nissan Leaf, que es más grande, ni con la del próximo Renault Clio, que tendrá un tamaño similar �el Zoe mide 4,085 metros- pero que equipará motores de gasolina y diésel. Sin embargo, si tiene algunos componentes comunes con ambos coches.
El Zoe ha entrado ya en la fase previa a su entrada en producción. Su diseño exterior está decidido y es, al 90%, el que tenía el prototipo presentado en octubre de 2010 en el Salón de París.
Los retoques, por tanto, serán mínimos y se centrarán en detalles como los retrovisores exteriores, que serán más grandes, y algún detalle de protección de la carrocería a los pequeños golpes de aparcamiento en la ciudad.
Los interiores si van a ser modificados en su presentación con respecto a este prototipo. Perderán una parte de su aspecto futurista, aunque el salpicadero y los asientos mantendrán una estructura similar a la del prototipo y el coche se diferenciará en su presentación de los convencionales.
Desaparecerán también los sistemas de apertura de puertas por simple toque a favor de otros más convencionales y probados. Y también se replanteará la presentación del maletero. El coche tampoco llevará el techo traslucido que si equipa el prototipo que se ha conducido por ser demasiado voluminoso.
Todos estos detalles fueron comentados por Axel Breun, responsable de los prototipos de la marca francesa, en el circuito de pruebas de Mortefontaine, al norte de París, cerca de Chantilly, en donde Renault nos invitó a probar uno de estos prototipos. Una vez más, no hubo más remedio que admitir lo atractivo de la línea del coche, que va a ser un poco el canon del estilo de la marca en los próximos años.
Delante, el rombo de gran tamaño, esconde la toma eléctrica para recargar las baterías, en media hora si se opta por el sistema trifásico de carga rápida, y entre seis y ocho horas si es utilizando la corriente doméstica.
Al respecto Breun aseguró que no será necesario reforzar las instalaciones de las casas puesto que el �tirón� de la recarga de un coche como el Zoe no superará los tres kilowatios.
Carrocería convencional
Con todo, la carrocería del Zoe no deja de ser convencional. Las razones son dos. Por un lado, porque tanto como si es eléctrico como si no, debe cumplir con la normativa de protección de ocupantes y pasar las pruebas de choque.Y por otro, que en Renault han optado por no romper demasiados moldes con estos primeros coches eléctricos y ha preferido que sigan pareciendo coches en vez de aprovechar al máximo lo que permite la tecnología, que ha eliminado los voluminosos motores de combustión interna.
Al volante
La accesibilidad es muy buena y sin la mayor dificultad nos pudimos acomodar al volante del Zoe. Con el contacto activado, seleccionada la marcha hacia delante, se puso en movimiento silenciosamente. Más adelante, alcanzada ya cierta velocidad, apareció un ruido que recordaba al de los antiguos tranvías que, según aseguraron los técnicos, no existirá en los coches de producción.Desde el primer momento dejó clara la gran capacidad de aceleración �la marca anuncia que en 8,1 segundos, partiendo de parado, alcanza los 100 kilómetros por hora-, aunque, tal y como explicó Simón Luque, director de desarrollo del Zoe y del Kangoo ZE, el motor que lleve el coche de producción será un Fase III, de 80 caballos, la última evolución que prepara Renault, que ha decidido fabricar ella misma los motores eléctricos al igual que produce los de gasolina y los diésel. Para ello ha destinado una parte de la fábrica francesa de Cleon, hasta ahora concentrada en propulsores de combustión interna.
En esta toma de contacto no se pudo más que tener más una idea aproximada de la capacidad de respuesta del motor eléctrico, pero el Zoe, según explicaba Dominique Lucas, directora del proyecto, es más que un coche que se mueve impulsado por un motor eléctrico.
En su desarrollo, los técnicos de la marca han puesto una especial atención en cuidar todo lo que se refiere, más que al confort de marcha, al bienestar en el interior del vehículo.
Por ejemplo, se ha estudiado un sistema de climatización que más allá de mantener una temperatura escogida, asegura la calidad del aire en el interior del coche, cerrando las entradas cuando se rueda en medio del tráfico y tratando el que recircula para que llegue a los ocupantes regenerado y bienoliente. Se ha trabajado muy estrechamente con Biotherm, un líder mundial en cosmética, no sólo femenina sino también masculina.
200 kilómetros de autonomía
Los interiores van a estar preparados para acoger a cinco ocupantes. Evidentemente, el maletero no tiene la capacidad necesaria para acoger el equipaje de cinco personas que viajen porque no es esa la vocación del coche que va a tener una autonomía de unos 200 kilómetros. Su ámbito es la ciudad y sus cercanías.Pretenden que sea el coche ideal para quienes viven fuera de las grandes ciudades y van a trabajar a ellas, sobre todo en el momento en que sus centros se empiecen a cerrar a los coches más contaminantes e incluso a aquellos que no sean eléctricos.
Además, la utilización media diaria de los automóviles en Europa está claramente por debajo de los 80 kilómetros.
Renault ha aportado fuerte por el coche eléctrico, pero están convencidos que será un éxito. Porque además, los costes de utilización van a ser más bajos.
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