Nissan GT-R 2011
En Europa a partir de febrero de 2011. En Japón, el mes que viene. Hagan sus reservas, el modelo actual se comercializa en España por casi 91.000 euros. El GT-R se revitaliza con un motor que suma 530 cv.
Se divierte, y hace muy bien, Nissan desde hace unos años con el juego del cuchillo y tenedor, pincha y corta en todos los terrenos, también en el segmento de los superdeportivos, donde en el cara a cara con los modelos ‘consagrados’ no pierde nada de encanto. Cuando hace tres años, en el Salón de Tokio asombró al planeta motor con su GT-R para competir con el Ferrari F430, el Lamborghini Gallardo o el Porsche 911 Turbo, entre otros, sus 485 cv bajo una carrocería construida en aluminio y fibra de carbono, fue una explosión de júbilo entre el público japonés. Un orgullo patrio. Tres años después, el GT-R se revitaliza con un motor que suma 530 cv, uno detrás de otro, a 6.400 rpm, con un par máximo de 612 Nm que se estira desde las 3.200 hasta las 6.000 ‘vueltas’. Otro mundo. Otra locura. Una especie de pellizco quijotesco en el segmento. En Europa a partir de febrero de 2011. En Japón, el mes que viene. Hagan sus reservas, el modelo actual se comercializa en España por casi 91.000 euros.
Además de las evidentes modificaciones mecánicas para obtener estos registros, Nissan ha rediseñado los ‘vértices’ de su ‘pirámide deportiva’, con el objetivo de lograr una aerodinámica perfecta, de competición. Así, con un coche más estable, la firma nipona ha mejorada la refrigeración de los frenos delanteros y ha reducido el coeficiente de resistencia al aire, al tiempo que se ha permitido algún lujo, como la incorporación de las luces de LED (delante y luz antiniebla trasera), salidas de escape de mayor tamaño y un paragolpes trasero que fija su centro de gravedad más cerca si cabe del asfalto.
El hermano mayor del 370Z, casi su padre, mantiene el sistema de suspensiones de la anterior generación –‘R’, de circuito, Sport, y Confort-, lo que desde Nissan se denomina Bilstein Damptronic. Además, el chasis ha sido revisado completamente, acentuando la deportividad en su conducción, así como un aumento de la carga aerodinámica del 10% gracias a la lija aplicada en la carrocería. Los ingenieros, además, han optimizado el consumo con la inclusión del nuevo programa de conducción llamado ‘Save’, que juega con el cambio automático para optimizar el consumo de combustible. La última nota sobre la carrocería es que se puede elegir en otras dos versiones nuevas –ya existen seis-: ‘Club Track’, destinada al circuito, y ‘Egoist’, para personalizar el coche hasta con 20 opciones diferentes, como por ejemplo el escape de titanio o un alerón trasero de carbono.
En lo que se refiere al habitáculo también, a través de las fotos, asoman algunas modificaciones, pequeños detalles. Orientado todo hacia la deportividad del puesto de conducción, se ha renovado el panel de instrumentos, aparece un nuevo emblema en el eje del volante aterciopelado, los interruptores son con acabado en negro mate y los paneles de las puertas están acabados en carbono.
Se divierte, y hace muy bien, Nissan desde hace unos años con el juego del cuchillo y tenedor, pincha y corta en todos los terrenos, también en el segmento de los superdeportivos, donde en el cara a cara con los modelos ‘consagrados’ no pierde nada de encanto. Cuando hace tres años, en el Salón de Tokio asombró al planeta motor con su GT-R para competir con el Ferrari F430, el Lamborghini Gallardo o el Porsche 911 Turbo, entre otros, sus 485 cv bajo una carrocería construida en aluminio y fibra de carbono, fue una explosión de júbilo entre el público japonés. Un orgullo patrio. Tres años después, el GT-R se revitaliza con un motor que suma 530 cv, uno detrás de otro, a 6.400 rpm, con un par máximo de 612 Nm que se estira desde las 3.200 hasta las 6.000 ‘vueltas’. Otro mundo. Otra locura. Una especie de pellizco quijotesco en el segmento. En Europa a partir de febrero de 2011. En Japón, el mes que viene. Hagan sus reservas, el modelo actual se comercializa en España por casi 91.000 euros.
Además de las evidentes modificaciones mecánicas para obtener estos registros, Nissan ha rediseñado los ‘vértices’ de su ‘pirámide deportiva’, con el objetivo de lograr una aerodinámica perfecta, de competición. Así, con un coche más estable, la firma nipona ha mejorada la refrigeración de los frenos delanteros y ha reducido el coeficiente de resistencia al aire, al tiempo que se ha permitido algún lujo, como la incorporación de las luces de LED (delante y luz antiniebla trasera), salidas de escape de mayor tamaño y un paragolpes trasero que fija su centro de gravedad más cerca si cabe del asfalto.
El hermano mayor del 370Z, casi su padre, mantiene el sistema de suspensiones de la anterior generación –‘R’, de circuito, Sport, y Confort-, lo que desde Nissan se denomina Bilstein Damptronic. Además, el chasis ha sido revisado completamente, acentuando la deportividad en su conducción, así como un aumento de la carga aerodinámica del 10% gracias a la lija aplicada en la carrocería. Los ingenieros, además, han optimizado el consumo con la inclusión del nuevo programa de conducción llamado ‘Save’, que juega con el cambio automático para optimizar el consumo de combustible. La última nota sobre la carrocería es que se puede elegir en otras dos versiones nuevas –ya existen seis-: ‘Club Track’, destinada al circuito, y ‘Egoist’, para personalizar el coche hasta con 20 opciones diferentes, como por ejemplo el escape de titanio o un alerón trasero de carbono.
En lo que se refiere al habitáculo también, a través de las fotos, asoman algunas modificaciones, pequeños detalles. Orientado todo hacia la deportividad del puesto de conducción, se ha renovado el panel de instrumentos, aparece un nuevo emblema en el eje del volante aterciopelado, los interruptores son con acabado en negro mate y los paneles de las puertas están acabados en carbono.
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