Fiat Bravo 1.4 Sport
Hacia fines de los años noventa conocimos al Fiat Bravo en nuestro país. Se trataba de un modelo moderno y atractivo que se distinguía entre los hatchbacks de tres puertas. La versión de cuatro puertas se denominaba Brava. Ambos se discontinuaron para dar paso el Fiat Stilo a mediados de la primer década de este siglo, un modelo bien equipado pero no tan atractivo como sus antecesores, que habían sido premiados en Europa.
Para 2007 la marca italiana decidió volver sobre el nombre Bravo y mostró un nuevo compacto de cinco puertas (ya no habría Brava ni versión de tres puertas) con un diseño tan atractivo como el originario, moderno y que puso atentos a sus rivales directos (como el Peugeot 307 en ese momento o el Volkswagen Golf).
Recién en el Salón del Automóvil de Buenos Aires 2011, Fiat mostró el modelo como novedad para el país, lo que se concretó recién para la segunda mitad de año siguiente. Lamentablemente, los cinco años que separan su presentación local con la europea solo lograron que toda aquella modernidad se pierda con el tiempo y que ya no se muestre como un modelo tan llamativo. Sin embargo, sus características le permiten aún hoy ser un modelo actual y que no aparece envejecido frente a sus rivales (el Ford Focus, el Peugeot 308 o el Chevrolet Cruze Hatch).
Dada la situación del mercado pareciera que el Bravo tiene espacio, pero también tendrá que demostrar los laureles y hacer un esfuerzo extra para conquistarlo y eso a veces significa dar más por menos. Como veremos, en algunos puntos lo cumple y en otros requiere algunas pequeñas mejoras para superar a la competencia.
A primera vista uno encuentra en el Bravo un auto musculoso, bien aplomado al suelo gracias a su prominente rodado de 18 pulgadas que le otorgan distinción y deportividad con buen diseño, lo suficiente como para invitar a la conducción -no por nada es primo de los Alfa Romeo- desde lo más alto de la oferta de Fiat.
El interior también tiene aspectos a destacar. Sobre todo algunos materiales utilizados que aparecen novedosos, como los que recubren la consola delantera y las puertas, una especie de goma mullida y tramada interesante. A su vez hemos notado buenas calidades y terminaciones, similares o, en algún caso, superiores a la media del segmento. Siempre nos encontramos con detalles tendientes a realzar la deportividad del auto como las inserciones tipo metal o las butacas de cuero con costuras que, tanto en sujeción como en estética, también superan las expectativas.
Siguiendo en el interior marca la diferencia su techo cristalino que se divide en dos, para la sección delantera -corrediza- y también para los ocupantes traseros, parante de por medio. Este equipo viene de la mano de la intención de Fiat de ofrecer todo lo posible a un precio competitivo y, realmente, lo tiene casi todo. Solamente le podríamos reprochar unos pocos faltantes como los espejos exteriores retráctiles eléctricamente (que tiene, por ejemplo, el Peugeot 308) o la ausencia de espejo retrovisor interno automático noche/día y sensores de lluvia. -ver ficha-
Sentados en el puesto del conductor notamos que el Bravo es confortable y permite conseguir una postura de manejo que no admite críticas. La consola central se encuentra levemente inclinada hacia el conductor de manera tal de beneficiar el contacto con los mandos donde solo le podemos endilgar la ausencia de pantalla multifunción con opción a navegador que ya trae algún competidor (más cuando es un auto proveniente de Europa donde este instrumental es común) y debería ser parte del esfuerzo de Fiat por mejorar a sus rivales. El apoyabrazos central no será de gran utilidad para personas altas porque se encuentra muy bajo, pero en su interior se pueden utilizar como guantera refrigerada (aunque creemos que debería ser de mayores dimensiones).
Desde el punto de vista de la habitabilidad no nos ha sorprendido. Es correcto en todos sus aspectos pero en nada destacado por encima de la media. Las plazas traseras correctas para su acceso y uso por adultos, pero no muy amplias (propia del segmento) y un baúl modesto con una capacidad de 400dm3. Sí destacamos expresamente la presencia de ganchos ISOFIX, mejor ubicados que en cualquier otro auto, donde el acceso y colocación del asiento de niños es más simple (además muy bien disimulados por el tapizado). -ver ficha-
Desde el punto de vista dinámico hemos encontrado datos favorables y pocos cuestionamientos. Uno de los temas a destacar es su excelente dirección; blanda y precisa permite que el Bravo sea puro confort de marcha en la ciudad. Claro que este confort tiene toda la colaboración de un motor destacado, el 1.4L turbo de 140 caballos de fuerza que le otorga versatilidad y prestaciones similares o superiores a un motor de mayor tamaño. Es decir, Fiat logró reducir los consumos notoriamente sin perder prestaciones en ningún sentido y nada tendrá que envidiarle a un impulsor de mayor tamaño sino todo lo contrario.
El motor, altamente recomendado, que utiliza también el Alfa Romeo Giulietta o MiTo cuenta con el sistema Start & Stop que detiene la marcha en semáforos o frenajes a cero. Si bien contribuye a reducir aún más los consumos realmente hay que acostumbrarse a utilizarlo, no solo porque resulta raro al principio (y porque reduce la intensidad del aire acondicionado) sino porque al momento del encenderse puede dificultar el juego acelerador/embrague. Por ese motivo, este sistema, parece más confortable en modelos automáticos que en manuales como el Bravo pero, más allá de ello, el que no le interese podrá desconectar el sistema penalizando los consumos. -ver ficha-
Dicho lo anterior, el motor hace verdaderamente disfrutable al auto. Es divertido y acelera de forma eficiente y con gran respuesta una vez que el turbocompresor despierta. A su vez dobla bien y es perfecto para quienes disfrutan de un auto con buenas reacciones. Sin embargo solo debemos resaltar las dificultades que tiene el motor para lograr aceleraciones a un bajo nivel de revoluciones y que perjudica su uso por ejemplo en rampas desde posiciones detenidas.
El Bravo, a pesar de ciertos aspectos que hemos remarcado, aparece como un toque de aire fresco para la marca, porque es un producto de calidad, con alta tecnología, excelente diseño y que puede competir palmo a palmo con cualquier rival de su segmento. Introduce un motor moderno y distintivo que no existe en otras marcas tanto por prestaciones y por consumos. Si completara algunos faltantes no solo reforzaría aún más la imagen de marca sino que podría ser un buen líder a seguir dentro de su espacio.
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