Chevrolet Captiva
El Captiva 2011 no es un modelo completamente nuevo sino una actualización del modelo de 2006. Su precio oficial de venta parte de 25.160 € (aquí están todos los precios) y las primeras unidades no se entregarán a los clientes hasta abril.
El precio que Chevrolet ha anunciado para el Captiva modelo 2011 es más bien alto. Eso se debe a que por el momento el fabricante no ha anunciado un descuento oficial para este modelo porque todavía tiene muchas unidades fabricadas y sin estrenar del Captiva lanzado en 2008, disponible desde 21.130 €.
Aunque el Chevrolet Captiva no es un todoterreno pensado para un uso intenso por campo, tiene algún dispositivo que favorece el uso en zonas abruptas como el control electrónico de pendientes. Lo tienen exclusivamente las versiones de tracción total. Como muchos todoterrenos de la competencia, tampoco puede llevar reductora.
El nuevo modelo se reconoce porque tiene un aspecto distinto tanto por fuera como por dentro. Los cambios en el exterior no han supuesto grandes modificaciones en la longitud total de la carrocería. Mide 4,67 m (4,64 m el modelo anterior) es decir, casi lo mismo que un Mazda CX-7 ó un Mitsubishi Outlander.
Una novedad en el interior es que el freno de estacionamiento es eléctrico. Como ocupa menos que uno mecánico de palanca deja más sitio libre entre los asientos delanteros para depositar objetos (imagen). Lleva asociada una función que ayuda al arranque en pendiente frenando el coche durante unos segundos. Otras novedades de equipamiento son que puede tener conexión «Aux-in» para dispositivos externos de sonido, conexión «bluetooth» para el teléfono, navegador con pantalla táctil y cámara trasera que sirve de ayuda en las maniobras de aparcamiento.
Mecánicamente, la mayor diferencia del nuevo Captiva es que todos los motores tienen mayor potencia y son distintos a los del modelo anterior. Hay dos de gasolina de 163 y 184 CV y dos Diesel, de 167 y 258 CV. También son diferentes las cajas de cambios manuales y automáticas.
El Captiva con motor de gasolina de 2,4 l y 167 CV me parece mucho más agradable que cualquiera de los Diesel (163 o 184 CV). La razón es que su motor responde de forma mucho más instantánea a cada movimiento con el acelerador. El Diesel responde de manera perezosa si se pisa el acelerador con una marcha larga engranada. Esa falta de respuesta inmediata hace que su conducción sea menos directa y que el coche se controle peor por el acelerador que la versión de gasolina. No he conducido el Captiva más potente de gasolina (258 CV).
El inconveniente del Captiva de gasolina es que su consumo puede ser mucho más elevado que el del Diesel. No obstante, para quien no vaya a realizar muchos kilómetros anuales, puede ser la más recomendable pues cuesta 4.000 € menos que el Diesel (163 CV). Esta diferencia de precio no es completamente real pues el Captiva de gasolina y 167 CV viene necesariamente unido al nivel de equipamiento menos completo de la gama («LS»), y no tiene elementos como navegador, climatizador o 7 plazas, que son de serie en los dos niveles de equipamiento («LT» y «LTZ»).
Sea la versión que sea, el Captiva no tiene un tacto de conducción especialmente bueno. Le falta una dirección más precisa que transmita más información. Hasta cierto punto, lo que percibe el conductor a través del volante no es muy distinto cuando el coche está rodando por una carretera mojada o por una superficie nevada. Son más fáciles de conducir con precisión los coches que transmiten mejor las diferencias de adherencia o los distintos tipos de asfalto. También me parece mejorable en funcionamiento del cambio automático, que es lento (cuesta pasar de marcha, especialmente entre primera y segunda) y tiene recorridos muy largos.
Las cinco primeras plazas del Captiva son amplias en todas las direcciones. Aunque las dos plazas adicionales sólo me parecen recomendables para desplazamientos cortos, pero pueden dar buen servicio a algunos usuarios.
Cuando hay cinco plazas en posición de servicio (las dos primeras filas), el volumen del hueco principal del maletero es idéntico tanto en el Captiva de cinco plazas como en el de siete, 477 l. La diferencia está debajo del piso, donde el de siete plazas lleva los asientos plegados, el de cinco tiene varios huecos profundos (de unos 20 cm) para guardar objetos.
El precio que Chevrolet ha anunciado para el Captiva modelo 2011 es más bien alto. Eso se debe a que por el momento el fabricante no ha anunciado un descuento oficial para este modelo porque todavía tiene muchas unidades fabricadas y sin estrenar del Captiva lanzado en 2008, disponible desde 21.130 €.
Aunque el Chevrolet Captiva no es un todoterreno pensado para un uso intenso por campo, tiene algún dispositivo que favorece el uso en zonas abruptas como el control electrónico de pendientes. Lo tienen exclusivamente las versiones de tracción total. Como muchos todoterrenos de la competencia, tampoco puede llevar reductora.
El nuevo modelo se reconoce porque tiene un aspecto distinto tanto por fuera como por dentro. Los cambios en el exterior no han supuesto grandes modificaciones en la longitud total de la carrocería. Mide 4,67 m (4,64 m el modelo anterior) es decir, casi lo mismo que un Mazda CX-7 ó un Mitsubishi Outlander.
Una novedad en el interior es que el freno de estacionamiento es eléctrico. Como ocupa menos que uno mecánico de palanca deja más sitio libre entre los asientos delanteros para depositar objetos (imagen). Lleva asociada una función que ayuda al arranque en pendiente frenando el coche durante unos segundos. Otras novedades de equipamiento son que puede tener conexión «Aux-in» para dispositivos externos de sonido, conexión «bluetooth» para el teléfono, navegador con pantalla táctil y cámara trasera que sirve de ayuda en las maniobras de aparcamiento.
Mecánicamente, la mayor diferencia del nuevo Captiva es que todos los motores tienen mayor potencia y son distintos a los del modelo anterior. Hay dos de gasolina de 163 y 184 CV y dos Diesel, de 167 y 258 CV. También son diferentes las cajas de cambios manuales y automáticas.
El Captiva con motor de gasolina de 2,4 l y 167 CV me parece mucho más agradable que cualquiera de los Diesel (163 o 184 CV). La razón es que su motor responde de forma mucho más instantánea a cada movimiento con el acelerador. El Diesel responde de manera perezosa si se pisa el acelerador con una marcha larga engranada. Esa falta de respuesta inmediata hace que su conducción sea menos directa y que el coche se controle peor por el acelerador que la versión de gasolina. No he conducido el Captiva más potente de gasolina (258 CV).
El inconveniente del Captiva de gasolina es que su consumo puede ser mucho más elevado que el del Diesel. No obstante, para quien no vaya a realizar muchos kilómetros anuales, puede ser la más recomendable pues cuesta 4.000 € menos que el Diesel (163 CV). Esta diferencia de precio no es completamente real pues el Captiva de gasolina y 167 CV viene necesariamente unido al nivel de equipamiento menos completo de la gama («LS»), y no tiene elementos como navegador, climatizador o 7 plazas, que son de serie en los dos niveles de equipamiento («LT» y «LTZ»).
Sea la versión que sea, el Captiva no tiene un tacto de conducción especialmente bueno. Le falta una dirección más precisa que transmita más información. Hasta cierto punto, lo que percibe el conductor a través del volante no es muy distinto cuando el coche está rodando por una carretera mojada o por una superficie nevada. Son más fáciles de conducir con precisión los coches que transmiten mejor las diferencias de adherencia o los distintos tipos de asfalto. También me parece mejorable en funcionamiento del cambio automático, que es lento (cuesta pasar de marcha, especialmente entre primera y segunda) y tiene recorridos muy largos.
Las cinco primeras plazas del Captiva son amplias en todas las direcciones. Aunque las dos plazas adicionales sólo me parecen recomendables para desplazamientos cortos, pero pueden dar buen servicio a algunos usuarios.
Cuando hay cinco plazas en posición de servicio (las dos primeras filas), el volumen del hueco principal del maletero es idéntico tanto en el Captiva de cinco plazas como en el de siete, 477 l. La diferencia está debajo del piso, donde el de siete plazas lleva los asientos plegados, el de cinco tiene varios huecos profundos (de unos 20 cm) para guardar objetos.
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