Al volante del nuevo Mazda6 |
A partir de enero se iniciarán las entregas de la tercera generación del Mazda6, el modelo que constituye el principal puntal de la marca en términos de ventas.
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Su gama la constituyen dos variantes de carrocería, una berlina de tres volúmenes y cuatro puertas y un familiar.En el que está todavía a la venta, también había una de cinco. Los precios oscilan entre 27.180 y 39.170 euros.
Como las dos anteriores, el diseño se debe a un especialista japonés, Akira Tamatari, bajo la dirección de Ikuo Maeda, el jefe de diseño de la marca. El coche se inscribe en lo que ellos llaman Kodo Desing, basado en formas tradicionales niponas. Hace menos de un año, con ocasión del Salón de Tokio, su estilo se había avanzado en el prototipo Takeri que, finalmente se ha mantenido en el coche de producción pese a los problemas de ingeniería que algunas de sus piezas de chapa creaban.
En los interiores, como en el CX5 lanzado hace un año, se produce una fractura. Menor que en todocamino pero igualmente notable. El estilo del salpicadero, muy tranquilo y quizás excesivamente convencional, contrata con las atractivas líneas exteriores, no exentas de una cierta agresividad.
Siguen mandando los ingenieros
Dejando al margen esta percepción un tanto subjetiva (sobre gustos no hay nada escrito) lo cierto es que es claro en su lectura, los mandos están colocados de forma accesible y no se le puede hacer ninguna crítica.
Los ingenieros de Mazda que, hoy por hoy siguen siendo los que mandan en la empresa, han vuelto al sorprender al hacer dos coches diferentes de la berlina y el familiar. Han querido atender de esta forma a los requerimientos de los usuarios de China y Estados Unidos, más enfocados a las berlinas, y a los de Europa, que (salvo en el caso español), demandantes de station-wagon.
Por eso la berlina tiene ocho centímetros más de distancia entre ejes, que le permite ofrecer unas plazas traseras muy confortables, a costa que el coche sea seis centímetros y medio más largo. Gracias a esto, los pasajeros del asiento posterior disponen de tres centímetros más en la parte trasera.
El beneficio que reciben de esta diferenciación quienes opten por el familiar es que, en teoría, tendrán en sus manos un coche más ágil de conducir, al estilo europeo, siempre más rápido que el chino o el americano, sobre todo en terreno de curvas.
El coche ha sido desarrollado aplicando la tecnología SkyActiv que ha permitido reducir el peso con respecto al modelo anterior en 100 kilos en el caso de la berlina, y en 60 kilos, en el familiar.
Cinco motores disponibles
Bajo el capó, las variantes de motores que se pueden encontrar son cinco, tres de gasolina y dos diésel. Las de gasolina son las dos versiones del motor de dos litros, de 145 y 165 caballos respectivamente, y el nuevo motor de 2,5 litros, de cuatro cilindros como los anteriores, con 192 caballos. En diésel se puede elegir entre las dos versiones del motor de 2,2 litros, la de 150 y la de 175 caballos.
Las emisiones de estos propulsores son especialmente bajas. Van de los 104 gramos por kilómetros de CO2 del motor diésel de 150 caballos, a los 148 del motor de gasolina de 2,5 litros y 192 caballos.
Todos los motores, salvo el 2,5 litros de gasolina que lo lleva siempre automático, pueden ir acoplados bien a un cambio manual de seis marchas, bien a uno automático del mismo número de relaciones. De todas maneras, para España, se ha decidido que la versión de gasolina de 145 caballos y la de 150 caballos diésel se ofrezcan sólo con el cambio manual; que la de 165 caballos de gasolina no se ofrezca; y que la 175 caballos diésel lleve acoplada siempre la caja automática, como el 2,5 litros de gasolina.
Una de las peculiaridades del Mazda6 es su sistema de regeneración de energía durante la frenada. Esta se almacena en un dispositivo que denominan Capacitator, sin llegar a la batería para no castigarla en exceso. La máxima capacidad del Capacitator se carga en seis segundos, desde el momento en que se levanta el pie del acelerador, y permite mantener todos los sistema del coche en funcionamientos durante 18 segundos si el motor se para. Es importante en los momentos en que actúa el Stop&Start.
Impresiones al volante
Hubo la posibilidad de conducir unas unidades de preserie, bastante cuidadas en su presentación y puesta a punto, a fin de que se pudiera tener una primera impresión del coche cuya producción está comenzando en estos días en Hiroshima (Japón).
La primera impresión es positiva por la excelencia del diseño de los asientos delanteros, muy confortables y con buena sujeción de los pasajeros. Dos traseros también tienen buena forma y son cómodos.
Las unidades a probar eran un familiar con el motor de 175 caballos diésel y cambio manual (configuración que no vendrá a España), una berlina diésel de 150 caballos, también con el cambio manual; y la berlina con el motor de 2,5 litros con cambio automático.
Como denominador común hay que decir que la insonorización en buena, tanto del motor (en particular en el gasolina) como de la rodadura. Sin embargo se aprecia algún bufido aerodinámico que parece tener su origen en los retrovisores exteriores.
La adaptación de los motores a las trasmisiones es la adecuada en los tres casos. El cambio manual es suave, preciso y de recorridos cortos. El cambio automático es de una gran suavidad y en el programa manual, muy rápido, muy deportivo. Hay que señalar que lleva levas en el volante para la selección de velocidades. Y que cuando se actúa manualmente, el cambio aguanta sin pasar de marcha hasta el máximo de revoluciones.
El frenos, con un tacto que permite dosificar perfectamente la frenada, y la dirección están perfectamente adaptados. La suspensión, pese a que los ingenieros aseguran que se ha hecho más suave que en el modelo precedente, sigue siendo relativamente firme aunque no se la pueda tachar de incómodo. En este sensación puede participar también el que el coche montaba llantas de 19 pulgadas aunque se comercializará también con 17 y 18 pulgadas.
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