Asimismo, se ha reducido el peso (entre 100 y 150 kilos según versiones), se ha ganado en aerodinámica y la oferta mecánica se ha racionalizado alrededor de un optimizado bloque diésel 2.2 de 150 caballos, cuando antes los había de 156 y 170.
En todo caso, suficiente por potencia y prestaciones, aparte de gastar hasta 2,5 litros menos (de 7,3 baja a un mínimo de 4,8) como media respecto al anterior bloque de gasóleo con 156 caballos.
Combinaciones disponibles
También se han mejorado todos los ángulos off road (de ataque, ventral, de salida y el paso de cresta) y la altura mínima libre al suelo asciende a 19 centímetros, lo que supone 1,2 centímetros extras.
Aunque las versiones automáticas no llegarán a manos de sus dueños hasta dentro de unos dos meses, el cliente puede escoger entre tres acabados (Challenge, Motion y Kaiteki), dos cajas de cambio (manual y automática con seis relaciones) y dos tipos de tracción (4x2 y 4x4 conectable).
Esta última trasmisión ha sido mejorada e, incluso con ella activada, cuenta con una Eco en el que circula básicamente con tracción a un solo eje la mayoría del tiempo.
No es posible combinar todos esos elementos. Por ejemplo, el Outlander 4x2 sólo puede llevar la terminación básica Challenge (y viceversa) con cambio manual; y el acabado superior Kaiteki obliga forzosamente a montar la caja automática.
El equipamiento de serie mínimo incluye siete airbags (uno para las rodillas del conductor), ESP, ayuda al arranque en pendiente, sensores de parking, luces y limpias, climatizador bizona (por fin), llantas de aleación de 16 pulgadas, control de crucero, volante multifunción con bluetooth, ordenador de a bordo, cristales traseros oscurecidos, barra portaequipajes y el equipo eléctrico (elevalunas, espejos) habitual. Además, como en las variantes Motion manuales, el coche viene con sistema de parada y arranque automáticos.
Los Outlander Motion, que son siempre 4x4, añaden la tercera fila de asientos escamoteables, llantas de 18 pulgadas, cámara de visión trasera, equipo de sonido Premium, faros delanteros de xenón y acceso y arranque sin llave.
Finalmente, con el Kaiteki automático vienen el techo solar eléctrico, la tapicería de piel, los asientos delanteros calefactables(el del conductor, con regulación eléctrica), el portón del maletero con accionamiento eléctrico y el navegador con cartografia tridimensional y pantalla de gran tamaño.
Esta variante es también la única que puede contra con el paquete e-Assist, que contempla control de crucero activo, sistema que evita o mitiga las colisiones por alcance y el aviso de salida involuntaria de carril.
Los precios son de 31.770 euros para el Challenge 2WD, 35.290 euros el Motion Manual, 36.590 el Motion Automático y 41.390 euros el Kaiteki Según Mitsubishi, estas tarifas son un 5% inferiores como media a los actuales Outlander a pesar de las mejoras.
En la versión tope de gama hay un encarecimiento del 1,6% debido a la incoporación del navegador. No obstante, en octubre se ofrece una promoción de lanzamiento de 3.000 euros.
Variante eléctrica a mitad de 2013
La gama se ampliará en Europa, y de qué manera, desde mediados del año próximo con la variante PHEV, un eléctrico de autonomía extendida ya que, desde el primer momento, este Outlander se diseñó para poder acoger tanto mecánicas convencionales como alternativas. En este caso, dos motores eléctricos (uno por cada eje) más otro de gasolina.
Los dos primeros entregan 121 caballos en conjunto y el de combustión, 94 más.Este tercer propulsor puede hacer las veces de generador de electricidad -para alimentar los motores o para recargar las baterías- o ayudar directamente al impulso del coche, que admite tres modos de uso siempre equivalentes a una tracción total: 100% eléctrico, en serie (los eléctricos impulsan y el propulsor de gasolina hace de generador) y en paralelo (con todos los motores empujando).
La autonomía con la electricidad de la batería (recargable en marcha o desde un enchufe) es de 55 kilómetros y de casi 880 si se suman los que permite la gasolina. Es decir, un consumo medio final inferior a los dos litros cada 100 kilómetros con unas emisiones de Co2 por debajo de los 50 gr/km. El precio está muy lejos de saberse, pero debería rebasar los 50.000 euros.
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